Jenna Shaw es una mujer que intenta compatibilizar su embarazo con su prometedora carrera profesional. Una noche despierta en medio de una terrible pesadilla y descubre con estupor que el parto ha sido provocado y le han arrebatado a su hijita recién nacida. Jenna declara que la última persona que estuvo en su casa fue una enfermera, pero en el hospital no consta nadie con la descripción que aporta Jenna. Las dudas sobre la veracidad de su declaración son cada vez más evidentes.