Nina y Lizzy se encuentran en la institución mental a la que están confinadas. Nina, quien se siente culpable por la muerte de su padre, ha estado deprimida desde el trágico evento. En cuanto a Lizzy, una chica ligeramente desequilibrada, ha estado confinada allí después su intento de suicidio. Un sábado por la noche, Lizzy convence a Nina para escaparse de la clínica y pintar de rojo la ciudad con su novio Malik y sus amigos comunes. Pero las cosas no van según lo planeado.