En el Brasil de 2027, donde las raves celebran el amor celestial y las consultas espirituales se han convertido en norma, Joana mantiene su relación con Dios como el aspecto más importante de su vida. Utiliza su trabajo como notaria para que las parejas que soliciten el divorcio reconsideren su posición, además de participar como miembro en un grupo poco convencional de religiosos que la ayudan a mantener su matrimonio a flote. Aunque tanto ella como su marido tienen problemas para lograr traer un niño al mundo, el esfuerzo que conlleva esta tarea les acercará aún más a la gracia de Dios.