En el siglo XVIII Suzanne Simonin -Anna Karina- es obligada por su familia a entrar en el convento de Longchamp, donde la superiora De Moni -Micheline Presle- la convence para que tome los hábitos, pero a la muerte de ésta debe soportar la férrea disciplina de la Madre Sainte-Christine -Francine Bergé- y su afirmación de que está endemoniada.