Tras ver morir a su padre de un modo cruel, Melissa, debido al shock, se quedó paralítica. Su madrastra Flora y la hermana de ésta, Marta, odian a Melissa, que es la heredera de la fortuna paterna. Las dos planean incapacitar a la chica para quedarse con su herencia. Cuentan para ello con la ayuda de un médico que, a cambio de dinero, está dispuesto a encerrar a Melissa en un manicomio. Una noche, a Melissa se le presenta el espectro de su padre con la cara ensangrentada que le ordena vengar su muerte.