Un hombre maduro y su joven amante se trasladan a un edificio comprado por el primero. Su intención inicial es echar a los inquilinos (un pintor y su familia) para revender la propiedad, pero el surgimiento de lazos de simpatía alargará la cohabitación. Por el camino, la joven Midori comenzará a cuestionar su modo de vida, conmovida por el descubrimiento de una cotidianidad más sencilla y, quizá, más feliz.